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Mito VIII

La revolución obrera inminente. Un golpe para salvar a la civilización

Hay tres elementos que suelen aparecer en los discursos que defienden la veracidad de este tópico franquista. Estos elementos están señalados en negrita y son los que tendréis que localizar en el documento que se os ha asignado. En cursiva se explican las razones que dan los historiadores para desmontar cada elemento del mito, es decir, para explicar porqué ese argumento es falso, inexacto o engañoso.

8.1  Las izquierdas preparaban una revolución para el verano de 1936 con el objetivo de derribar la II República e instaurar un régimen comunista. Se habla de ambiente "prerevolucionario" o de incluso una revolución en marcha durante la primavera de 1936.

Falso. Ninguna organización obrera o republicana intentó subvertir el orden constitucional en la primavera de 1936. Ni lo intentaron, ni lo planearon. Hablar de "vamos a hacer la revolución" en los discursos no es sinónimo de que realmente se estuviera planificando una revolución. Es más, fue el golpe de Estado de julio el que provocó el estallido de la revolución social en Aragón y Cataluña. Por último, habría que preguntarse para qué querrían las asociaciones obreras hacer una revolución en el verano de 1936 para alcanzar el poder, cuando de hecho ya habían alcanzado el poder en febrero democráticamente.

8.2 La Unión Soviética de Stalin apoyaba esta conspiración.

Falso. Desde 1935 la estrategia de la URSS, y por lo tanto del Partido Comunista Español también, es la de renunciar a la vía revolucionaria y optar por la vía reformista, llegando a acuerdos con la izquierda liberal. De ahí que en 1936 comunistas, socialistas y liberales se unieran en el Frente Popular.

8.3  El principal problema para la democratización de España y los mayores opositores a la Segunda República fueron los anarquistas y en general la izquierda extrema, toda ella revolucionaria.

Falso. Los mayores opositores a la Segunda República fueron los grupos conservadores que intentaron hasta cuatro golpes de Estado entre 1931 y 1936, aunque solo triunfaría el quinto. La democracia en España no solo se vio obstaculizada por la acción de los anarquistas - que es evidente que la entorpecieron -, sino también por las viejas oligarquías locales y urbanas que se negaban a perder su antigua posicion privilegiada (patronos, terratenientes, eclesiásticos,...). Por último, en cuanto a socialistas y comunistas ya se ha comentado que desde la dirección del PSOE, UGT y PCE no se hicieron preparativos en ningún momento entre 1931 y 1936 para realizar una revolución obrera que asaltara el poder de forma violenta.

Bibliografía consultada

 

Aróstegui, J. (2013). Una izquierda en busca de la revolución (el fracaso de la segunda revolución). En Los mitos del 18 de julio (pp.183-220).

Preston, P. (2018). La destrucción de la democracia en España: reforma, reacción y revolución en la Segunda República. Debate.

 

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      Realidad y ficción en torno a la II República y la Guerra Civil

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