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A mediados de 1937, en plena Guerra Civil, el cardenal Isidro Gomà redactó un escrito en el que trataba de explicar lo que estaba ocurriendo en España y cómo se había llegado a esa situación desde el punto de vista de la Iglesia católica. El texto fue firmado por casi todos los obispos españoles y estaba dirigido a los católicos de todo el mundo para desmentir las mentiras que, según el episcopado español, se estaban difundiendo en el extranjero sobre los sublevados y los republicanos.