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Mito VII
España se rompe. Un golpe para salvar la unidad de la patria
Hay tres elementos que suelen aparecer en los discursos que defienden la veracidad de este tópico franquista. Estos elementos están señalados en negrita y son los que tendréis que localizar en el documento que se os ha asignado. En cursiva se explican las razones que dan los historiadores para desmontar cada elemento del mito, es decir, para explicar porqué ese argumento es falso, inexacto o engañoso.
7.1 Los nacionalismos periféricos amenazaban la unidad nacional, porque son independentistas o separatistas. Ejemplo: la aprobación del Estatuto de Cataluña, la declaración de independencia de la República catalana en 1934, o la negociación del estatuto de Euskadi y Galicia.
Falso. Los Estatutos de autonomía suponían, como su propio nombre indica, una concesión de más autonomía para la región, pero nunca de la independencia. Además, los principales partidos nacionalistas catalanes, vascos y gallegos (Ezquerra Republicana, Partido Nacionalista Vasco, Partido Galleguista, Lliga Catalana, etc) eran regionalistas, no separatistas. Estaban a favor de un mayor autogobierno para sus regiones, pero no buscaban la independencia. De hecho, en octubre de 1934, ERC proclama en Cataluña el "Estado catalán dentro de la República Federal Española".
7.2 El golpe de Estado fue en realidad un “alzamiento nacional” en defensa de la patria, para garantizar la unidad de España. Los republicanos de izquierdas eran en verdad antiespañoles, es decir, unos traidores a la patria.
Falso. Los partidos españoles de izquierdas más importantes como Izquierda Republicana, Union Republicana, Partido Socialista o el Partido comunista eran firmes defensores de la unidad nacional.
7.3 Por todo lo anterior los sublevados son en verdad “nacionales” y por ello se habla de “zona nacional”, “bando nacional”, “tropas nacionales”, “retaguardia nacional…”
Perversión del lenguaje. Usar el término "nacional" para hablar de los sublevados es emplear una terminología franquista. Eso convertiría a los republicanos en antinacionales, es decir, antiespañoles. Lo más correcto sería utilizar los términos "golpistas", "sublevados", "insurrectos" o "rebeldes" para referirse a los grupos que se enfrentan a la República en la guerra. También sería correcto hablar de "tropas franquistas" o "bando franquista" pero solo a partir de octubre de 1936, cuando Franco ya es el líder supremo de los golpistas.
Bibliografía consultada
Nuñez Seixas, X. M. (2013). Ni rota ni roja: el peligro separatista y la invocación a la nación en el golpe de Estado de julio de 1936. En Los mitos del 18 de julio (pp.259-274).